El protocolo se centra en la protección de la cadena de suministro de productos del tabaco y exige establecer un régimen de seguimiento y localización de ámbito global, además de un centro mundial de intercambio de información.
Por el momento son siete los países que se han sumado a este protocolo, acordado en Seúl en 2012: España, Austria, Gabón, Mongolia, Nicaragua, Turkmenistán y Uruguay, pero con la entrada de la UE en su conjunto, elevaría a 29 el número de adhesiones. No obstante, para que dicho pacto entre en vigor se necesita contar con 40 países.
La propuesta de Bruselas necesita el visto bueno aún del Consejo y del Parlamento Europeo para ser efectiva.