16/03/2017
La consultora IPSOS ha publicado los resultados de la Encuesta de Cajetillas Vacías (EPS según sus siglas en inglés) correspondientes al segundo semestre de 2016. El estudio, encargado por las cuatro empresas tabaqueras más importantes, Imperial Tobacco, British American Tobacco, Japan Tobacco International y Philip Morris, revela que el 9,2% del total de cajetillas de tabaco consumidas en España son ilícitas.El porcentaje es un punto superior al del primer semestre del año pasado (8,2%), lo que significa, que el contrabando repunta tras dos años de caída, iniciada a finales de 2014, cuando el comercio ilegal batió records como consecuencia de la crisis económica, situándose en el 12,5%.
La conclusión principal del estudio determina que el comercio ilícito de cajetillas de tabaco en España no responde a un problema de falsificación, ya que solo el 0,3% del total de paquetes de tabaco consumidos eran falsificaciones, sino de falta de control y responsabilidad por parte de los fabricantes, que no estarían controlando suficientemente sus canales de distribución, sobre abasteciendo mercados próximos al español.
Del informe realizado por la consultora pueden deducirse dos motivos como principales causantes del aumento del contrabando. Por un lado, puede achacarse a una cuestión relacionada con la oferta y la demanda, y por otro, puede deberse a que los controles de los fabricantes se hayan relajado desde el toque de atención en 2014 de la OLAF (Oficina de Lucha Contra el Fraude de la Unión Europea) y hubieran aumentado su oferta en mercados más rentables.
Efectos económicos del contrabando de tabaco
Este aumento del contrabando habría tenido un efecto negativo directo en las arcas del Estado. El sector calcula una pérdida de 90 millones de euros de recaudación por cada punto de contrabando, por lo que estaríamos hablando de que esta actividad ilícita habría supuesto una merma anual de unos 828 millones de euros en la recaudación fiscal del Estado durante el año 2016.